sábado, 24 de noviembre de 2007

Hoy fui al mercado...

...solo!

Digo, no es que sea un sacrilegio hacia mi persona pero como siempre que voy es con la Santamadre, esta vez pude observar un poco mejor el entorno que me rodeaba.

Ir al mercado es divertido, es todo un derroche de folklor nacional en todos los sentidos: desde los productos en venta hasta las tiendas y los puestos donde se venden, sin olvidar a compradores y vendedores. Yo incluido... Pero eso no es por lo que decidí escribir, sino...

Después de pasar por la fruta hice la segunda y última escala (no es porque sea mercado, pero me engento un tanto rápido) a la __________ [donde venden jamones, embutidos, quesos, cremas, abarrotes varios, etc... no recuerdo en este momento el nombre que encierre todo ese concepto]. Enuncié uno de los puntos de la lista medio mal escrita: 'un cuarto de jamón de pavo por favor'... el joven que me atendia se dirigió hacia el refrigerador donde guardan cantidades industriales de jamones, mortadelas y demás embutidos previamente rebanados; sacó algunas rebanadas y las pesó, faltaba para el peso exacto y regresó hacia el refri. Mientras tanto, una señora de esas lideresas de opinión abarrotera que nunca faltan en el súper, en el Oxxo o en la miscelanea de la esquina, de esas que se las saben de todas, todas en cuanto a cocina y hogar se refiere, pero (y sin ser despectivo) en su variante 'de mercado', después de comentar seguramente la novela de las nueve con la clienta más próxima, extendió ágilmente su mano derecha y la ubicó justo encima de mi montoncito de jamón de pavo; y, haciéndole honor a esas maquinitas de peluches donde nunca saca uno nada, pellizcó descaradamente la rebanada de hasta arriba... DE MI JAMÓN!

Quién sabe qué cara he de haber puesto pero el joven me vió y de inmediato cambió toda la orden, sacó un nuevo montoncito. Menos mal -pensé- ... y bueno, ¿éste no le va a decir nada a la vieja esa?, pues sí... le dijo: 'Señora ahorita la atiendo, es que ese no es suyo". La otra, como si no le importara, lo ignoró y siguió comentando cualquier cosa con otra clienta.

Y yo me pregunto, ¿qué necesidad había de arrancarle un cacho a mi rebanada de jamón?... PIDA UNA PRUEBA SEÑORA!!!

1 comentario:

adirova dijo...

jajajajaajajajaja.

yo por eso, voy a la comer.